Una facial cleansing (limpieza facial, en español) es un tratamiento de belleza que se realiza para limpiar profundamente la piel del rostro. El objetivo principal de una limpieza facial es eliminar el exceso de aceites, suciedad, células muertas y otras impurezas de la piel, para mejorar su aspecto y prevenir problemas como el acné, la hiperpigmentación y los poros obstruidos.
Durante una limpieza facial, el profesional utiliza diferentes productos y herramientas para limpiar la piel del rostro, incluyendo una limpiadora facial, un exfoliante, un tónico y una mascarilla. Estos productos y herramientas son seleccionados según las necesidades específicas de cada paciente y su tipo de piel.
La limpieza facial no solo mejora la apariencia de la piel, sino que también ayuda a mejorar la absorción de productos de cuidado de la piel y prepara la piel para otros tratamientos estéticos. Además, este tratamiento puede proporcionar una sensación relajante y rejuvenecedora para el paciente.
Es importante mencionar que la limpieza facial debe ser realizada por un profesional capacitado y en un ambiente estéril, para evitar riesgos de infecciones o lesiones. También es recomendable que los pacientes sigan una rutina de cuidado de la piel en casa, para mantener los beneficios del tratamiento a largo plazo.